En
esta lectura, vemos que el Lord Chandos, un personaje creado por el autor de
esta lectura que es un poeta/escritor, amante de la lectura, sufre una crisis;
pero no cualquier crisis, sino una crisis en su lenguaje, en la que expresarse
ya no es lo mismo que cuando era joven, y que por ello le explicaba a su amigo,
Francis Bacon, mediante una carta por qué ha dejado en su totalidad, la
actividad literaria.
Al sumergirnos en la lectura, entendemos
cual es el dilema que sufre el personaje y que le pesa al punto de hacer que
deje de expresarse de manera literaria; lo que amaba cuando era joven: la
incapacidad de expresar la realidad en la que se vive. Lo que antes le inspiraba
a escribir, ahora le recuerda la realidad en lo que vive, lo que cambia, sin
perder su significado, pero que de igual forma se torna inexplicable; y esto,
que comienza en su mente, lo siente en su cuerpo.
Sin embargo, para entender porque el escritor
se expresa mediante Lord Chandes, hay que conocer el contexto histórico
principalmente. Desde la primera escritura y habla, se sabe que el lenguaje,
más que un medio de comunicación, es el instrumento que nos da la información
del mundo en el que vivimos, para entender la vida. Pero con la caída del imperio
austro-húngaro, esto entra en crisis; teniendo esto en cuenta, el autor se
desahoga con esta carta, mediante su personaje, expresando su pensar que los
conceptos pasan a ser solo palabras vacías, incluso falsas. Como, por ejemplo,
cuando se le hace difícil castigar a su hija pues la moral hace que lo que
quiera decir se torne sin sentido y sin significado, a su parecer.
Por ello, Lord Chandos comienza a ver las
cosas con una perspectiva diferente, muy diferente a cuando era joven; dándonos
a entender que sufre por el lenguaje de la sensibilidad. Para él, todo emite
vida, cualquier cosa que ve a su paso, “una regadera, un rastrillo olvidado en
el suelo, un perro al sol, un pobre cementerio, un lisiado, una pequeña casa de
campesinos, todos ellos pueden convertirse en cuenco de revelación”; aprecia
todo con tanto afán, que le es imposible expresarlo con palabras.
En la carta, Lord Chardos dice, “Mi caso
es, en resumen, el siguiente: he perdido por completo la capacidad de pensar o
hablar coherentemente sobre ninguna cosa”, pero no se refiere a que sufre de
algún mal médico que le impide pensar o hablar, sino que simplemente no haya
como expresarse ante la realidad, ni en su mente, ni en su habla. Esto provoco
que todo le fuera confuso, que lo llenara de una ira inexplicable, cuando
escuchaba algunas frases, incluso en conversaciones familiares; haciendo que,
además, dejara de participar en tales conversaciones.
Antes esto, le comenta a Bacon, se refugió
en un mundo espiritual con el objetivo de librase de ese estado que lo aqueja,
pero no lo lograba; entendía los conceptos, pero sentía, a su vez, que no
pertenecía allí. Lo que lo llevo a dejar de refugiarse y regresar a la vida
cotidiana, que paso a ser tan trivial, que solo él, Chandos, podría
comprenderla. Aun así, escribía ejemplos similares para que su amigo, el
destinario a la carta, lograra al menos entenderlo.
El
personaje le sigue explica a su amigo, entonces, lo que le pesa; que lo real,
que la realidad, nos torna en un silencio, que no es por carecer del hablar o
pensamientos, sino porque nuestro lenguaje no tiene lo suficiente para expresar
la belleza de las cosas. Entiende que, aunque es un estudioso desde su
infancia, hay cosas que no se pueden aprender, a menos que la experimente uno
mismo, así como él, pues solo experimentándolo o sintiéndolo de primera mano, se
puede llegar a comprender ese algo; ese algo para lo cual no existen palabras
que puedan expresarlos.
Y cuando experimenta por sí mismo la
distancia que hay entre la realidad y la carencia de expresar esto con
palabras, es que decide abandonar lo que le apasiona; la literatura.
Termina la carta, disculpándose con su
amigo por lo extenso de su escritura y porque ha decidido, por culpa de ese
lenguaje del que el admite no conoce ni una palabra, que lo deja mudo y que en
algún momento le rendirá cuentas, no escribiría más un libro, ni en ingles ni
en latín, en lo que le queda de vida...
Es satisfactorio releer de nuevo la carta de Lord Chandos y junto a temática de la Gamificaciòn le otorga profundidad a este Blog.
ResponderEliminarGioconda, muy subrealista, me encanto la lectura y de ver como cada ser humano enfoca su visión del mundo y el manejo de sus emociones. sigue escribiendo
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